Los organismos multilaterales de crédito han servido en los últimos años para que los Estados realicen aperturas suicidas y se generen condiciones para el saqueo financiero y de sus recursos naturales. Ahora plantean que debemos sujetar nuestra economía a sus “monitoreos” y darnos sus famosos “consejos” que tantos males nos han dejado.
Sus exigencias han tenido desastrosas consecuencias para la clase trabajadora y ha significado un retroceso en el plano de los derechos. Las últimas crisis en los países de Europa son consecuencia de sus permisivas políticas, y a pesar de ello, no han realizado ninguna autocrítica que sirva para corregir sus errores. Enormes movilizaciones en España y Francia resisten sus medidas y parecen extenderse a otros países de la región.
Lo gracioso de su último comunicado, y que ha tenido a Clarín y La Nación como su difusores (Ver nota), nos cuenta que necesitan supervisar nuestra economía porque “…El objetivo es “descubrir vulnerabilidades” para evitar una nueva crisis…”, Si esto fuera cierto, ¿Por qué no lograron frenar las crisis de los últimos dos años, si todos los países integrantes son monitoreados por el organismo? Lo que sigue a esta frase esconde un objetivo conocido por nosotros “…tratar de contener la guerra de monedas que hoy afecta a los mercados internacionales…”, para lo cual proponen que las monedas no sufran ninguna regulación y fluctúen según demande el Dios “mercado”.
Continúa con su análisis diciendo que somos GOLPISTAS GLOBALES “…Su rechazo a permitir el monitoreo de sus cuentas es interpretado como que no quiere colaborar en la recuperación económica internacional…” Esto nos hace reflexionar seriamente, ¿somos tan importantes en el contexto internacional?, quizás no sea así, pero semejante reflexión del organismo deja flotando en el aire la pregunta.
El ojo del FMI se posa sobre nuestros ahorros y su forma de invertir cuando plantea “…que una de las prioridades del monitoreo debe ser las políticas de tipo de cambio y de uso de reservas…”, buscando por todos los medios que el Estado deje de intervenir en la economía. Casualmente en nuestro país, el llamado Grupo A (UCR-PJF y otros) tiene idénticos objetivos, evitar por todos los medios a su alcance que el gobierno nacional disponga de sus reservas. La operación de pinzas busca que el gobierno nacional no pueda utilizar sus fondos, para que de esta manera tengamos que recurrir a los “servicios” del FMI, y aplicar las “recetas” de los ´90 en materia de economía.
La nota da cuenta de que nuestro país no permite los monitoreos desde el 2006, y viendo las consecuencias del manejo de la economía (por rutas contrarias a los “consejos” del FMI), desde entonces a la fecha, podríamos seguir así un tiempo más ¿No?
Jorge P. Colmán
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