domingo, febrero 14, 2021

La Fundación “Concordia” de think tanks massista a Juntos por el Cambio y el ¿Bingo de San Miguel?

Por Jorge Colmán. Muchas fundaciones son conocidas por sus buenos oficios, ayuda social y otros de carácter educativo e investigativo. Otras arrastran oscuros objetivos como lavar dinero y o servir a oscuros objetivos políticos y empresariales.

Con la crisis política de los 90, surgieron ideas sobre la “personalización de la opción electoral” y la “tecnocracia”. Eran tiempos en que el neoliberalismo socavaba las bases políticas para imponer sus lógicas de mercado y destruir los movimientos populares con el onegeísmo.

Entre otras iniciativas aparecen los “think tanks” asociados a candidatos, con la máscara de técnicos y no asociados a partidos políticos en apariencia. Estos agrupan a técnicos, politólogos, economistas e investigadores con el objetivo de diseñar las políticas públicas de quienes pretenden ganar las elecciones y ocupar espacios de poder político.

Fueron pensados como una buena herramienta de marketing político que “tienden a instalar en la población que el candidato tiene equipos técnicos y gente capacitada desarrollando ideas”, “políticamente correctos”, lejos de la militancia territorial y los desacreditados “punteros políticos”.

Nace la “Fundación Concordia”

En 2014 nace en el auditorio Santa Cecilia de la Universidad Católica Argentina la “Fundación Concordia” nutriendo sus filas integrantes del Opus Dei y otros técnicos de la misma tendencia política. Fue instalado políticamente como el tanque de ideas de Sergio Massa, que pretendía ser presidente de la nación de la mano del Frente Renovador y Joaquín de la Torre. En la sala se destacaban Gabriel Katopodis (San Martín), Carlos Selva (Mercedes) y Jorge Macri (Vicente López), Eugenio Burzaco y otros.

Bajo el lema “Renovar ideas, proyectar el país” apunto como uno de los temas centrales la seguridad y la primer actividad fue con el titular del área de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame. El entonces intendente de San Miguel aspiraba a la gobernación de la provincia de Buenos Aires, un cargo que que todavía sigue repiqueteando en su cabeza.

Pero las lealtades son tan flexibles como las ideas y el Presidente de la Fundación Concordia, Joaquín de la Torre, se paso a las filas de Cambiemos con Mauricio Macri. Abandonando el Frente Renovador logro ser Ministro de Gobierno de la gobernadora María Eugenia Vidal. Ya en ese espacio se propuso ser la pata del panperonismo macrista, un objetivo fracasado porque no logró atraer personalidades de peso.

Obviamente la fachada de la Fundación debió mutar y readaptarse a las necesidades políticas de su presidente. En 2018, en el complejo “San Isidro Garden”, Joaquín De la Torre plantea un nuevo slogan “Políticas públicas con valores”, acomodándose discursivamente con el macrismo en su apogeo de poder.

Entre los invitados se destacaron los del ámbito político, empresario, eclesiástico, periodístico y referentes de ONG’s. Refrendando su referencia política estuvieron los ministros Santiago López Medrano (Desarrollo Social), Javier Tizado (Producción), Marcelo Villegas (Trabajo), Leonardo Sarquís (Agroindustria), Gabriel Sánchez Zinny (Educación) y Hernán Lacunza (Economía).

De la Fundación y los buenos negocios

Pero no solo de buenas intenciones viven algunas fundaciones y ayer una publicación de Noticas Gráficas destaca los otros objetivos de la fundación, hasta hoy desconocidos.

El portal destaca que las autoridades del IPLyC (Instituto de loterías y casinos de la provincia de Buenos Aires), confirmaron “al portal Noticas Gráficas, que el beneficiario de la licencia del bingo San Miguel es la Fundación Concordia, cuyo mentor y presidente fue el ex ministro de María Eugenia Vidal, Joaquín de la Torre” afirma textual. (Ver nota).

Se destaca que el entonces intendente Joaquín de la Torre pretendía cerrar el Bingo de su municipio, cuyos beneficios iban al Cuartel de Bomberos de San Miguel. De un día para el otro no se habló mas del tema y las causas son mas que entendibles, su fundación se había quedado con los beneficios de ese negocio.

Desconocemos como “trasciende” esta información hoy, pero no sería extraño el proceder de quienes tomaron por asalto el estado, quedándose con importantes negocios y jugosas ganancias, y que de las “Políticas públicas con valores” quedo muy poco, difícilmente si se confirma la información no habría una tercer resurrección de la fundación nacida como el “think Thank” massista-delatorrista.

Si los empresarios no colaboran con mejorar la situación de los trabajadores el conflicto gremial es necesario

Por Jorge Colmán. Este año, es un año electoral y de necesarias recuperaciones sociales y económicas. Por un lado las elecciones legislativas van a teñir en parte la puja por la distribución de la riqueza, luego de cuatro años de gobierno macrista que lo retrajo y un año de pandemia que paralizó gran parte del aparato productivo.

Por un lado el gobierno de Alberto y Cristina Fernández necesitan del respaldo electoral para poder avanzar en el gobierno. La gobernabilidad es una necesidad que hoy niegan los diputados y senadores de Juntos por el Cambio, que ha tomado un claro partido por las patronales del campo y la ciudad, operando con especuladores financieros en contra de los intereses nacionales y dinamitando la confianza en las medidas sanitarias para combatir la pandemia.

También debemos recuperarnos de las consecuencias de la pandemia mundial, donde la nueva normalidad afecta el humor social, donde debemos reforzar día a día los protocolos de salud ante el relajamiento que algunos sectores mezquinos proponen. La batalla del gobierno por las vacunas ha dado sus frutos y ha logrado negociar hábilmente la llegada de las mismas ante los países desarrollados que la intentan acaparar.

Pero también es necesaria la acción gremial en paritarias para recuperar la capacidad de consumo de los trabajadores, luego de la pandemia y los cuatro años de macrismo. La caída real de los salarios es entonces una tarea pendiente del gobierno, que por un lado debe negociar o controlar a los formadores de precios que tienen como objetivos maximizar ganancias para las empresas y planchar aún mas los salarios de los trabajadores y trabajadoras.

El conflicto gremial no es bueno ni malo en si mismo, pero es una necesidad si la patronal no reparte la riqueza que los trabajadores y trabajadoras generan. Durante los primeros años del gobierno del General Juan Domingo Perón, los trabajadores salieron a las calles, discutiendo fuertemente la distribución de la riqueza y las condiciones de trabajo. Los paros se hacían no contra el gobierno sino con el gobierno. En este sentido el gobierno debe tomar partido a favor de los trabajadores y trabajadoras, esta en el ADN del peronismo y estos son la base del proceso de unidad del campo nacional y popular.

La disputa con Juntos por el Cambio es la disputa con el poder económico real, ellos sostienen la necesidad de salarios bajos, flexibilización del trabajo y sometimiento del movimiento obrero. Para el macrismo es central que no exista la distribución de la riqueza, para lo cual debe tener suficientes manos en el Congreso Nacional para frenar cualquier medida de recuperación del movimiento obrero.

Los formadores de precios han operado fuertemente contra la recuperación salarial, en un mercado mundial donde los alimentos han aumentado su valor, los productores quieren obtener la máxima rentabilidad cobrando a precios internacionales en dólares y pagando sueldos miserables en pesos. Esto forma parte del conflicto con la patronal del campo y los productores de carne. Mientras tanto los productores sojeros continúan con los intentos de contrabandear cereal y quince camiones fueron detenidos esta semana intentando pasar ilegalmente al Paraguay.

Otro tanto ocurre con los combustibles, Juntos por el Cambio empujó a los acreedores para hacer fracasar las negociaciones de YPF, estos aprovechan el momento de debilidad global para sacar el mayor provecho del recurso energético nacional.

La CGT y la CTA vienen pidiendo mayor control de precios ante la escalada de aumentos en los alimentos y combustibles que licuaron todos los acuerdos realizados en paritarias de noviembre y diciembre de 2020. Los pedidos urgentes de paritarias muestran la necesidad de recuperar lo perdido y el gobierno envía señales a los trabajadores y trabajadoras diciendo que la recuperación salarial es parte de sus objetivos.

2021 será un año de fuerte conflictividad gremial, acotada por la pandemia, pero será una necesidad no solo de los trabajadores sino del mismo modelo económico que pone su acento en la recuperación productiva vía mercado interno. Poner dinero en los bolsillos de los argentinos es entonces estratégico, en un mundo donde los proteccionismos son cada vez mas fuertes y el libre mercado es solo una retórica para someter y saquear países débiles políticamente.

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