La lectura del diario Tiempo Argentino recrea los mejores momentos del periodismo nacional en este nuevo tiempo. Las pruebas prácticamente inobjetables del robo de Papel Prensa al Grupo Graiver dejan al desnudo las estrategias de saqueo: los procedimientos previos a la tortura, sus protagonistas y el blanqueo de la acción a través de mecanismos institucionales.
Nuevamente la Argentina es la vanguardia en Latinoamérica en materia de derechos humanos y justicia. Lo que ningún país latinoamericano pudo hacer, desentramar la relación civil con los militares genocidas, está tomando estado público y enfrentarán a la justicia. Estamos tal vez ante una nueva bisagra en este sentido. La política de Estado en materia de derechos humanos, reabrió los juicios en nuestro país y tuvieron repercusión positiva en los países vecinos, que se vieron obligados a reabrir sus causas, empujando a la justicia y la política a recuperar su historia.
Siempre se habló sobre la complicidad de grupos o partidos políticos que hicieron de soporte y andamiaje administrativo de la dictadura, pero muy poco se ha investigado y escrito sobre ello, o tal vez son muy pocos los casos resonantes que vieron la luz. En mi viejo municipio de General Sarmiento, el intendente era un orgánico de la Unión Cívica Radical (como muchos en todo el país), sin embargo muy poco sabemos de las vinculaciones civiles con la casi decena de Centros Clandestinos de Detención y los cientos de desaparecidos que dejaron como saldo en Campo de Mayo.
Mirar este periodismo que escribe e investiga me hace pensar en mi tarea docente, en los años que venimos enseñando sobre la represión a periodistas, al silencio obligado de algunos diarios, a una “historia oficial” que fue reescrita en los ´80 y que hoy necesita de una nueva revisión. Los docentes tenemos la obligación de cuestionar, criticar y rearmar nuestros contenidos históricos de cara a un alumnado que está viviendo un proceso de ciudadanía que avanza como nunca desde hace siglos. El periódico Tiempo Argentino está haciendo historia, esta reescribiendo la historia, estamos ante un proceso de cambio en materia de periodismo, historia y derechos, una nueva primavera que quisiéramos que no terminara nunca, pero que preanuncia la reacción del poder y sus nuevos aliados. No ser ciudadanos pasivos será el compromiso de todos, para que ese "Nunca Más" sea completado y de una vez y para siempre se haga justicia.
Jorge P. Colmán
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