Las posiciones políticas de Pino Solanas se asemejan cada vez más a las complicadas posiciones de yoga. En la búsqueda de un ridículo equilibrio entre ser oposición al gobierno y mantener buenas relaciones con el CEO Supremo Magnetto y la dueña del Grupo Herrera de Noble, hace y dice cosas que son verdaderamente obscenas desde el punto de vista histórico y político.
En un reportaje a la agencia informativa INFOSUR plantea que el gobierno "... utiliza a los derechos humanos para dirimir la puja por el manejo de la agenda política entre el Gobierno y el Grupo Clarín. Hay un uso obsceno de los derechos humanos al mezclar la desaparición forzada de la señora Lidia Papaleo y el calvario que vivió la familia Graiver con el negocio del papel...". de esta manera intenta reducir la denuncia a un mero enfrentamiento "entre el gobierno y Clarín" silenciando la cuestión de fondo a saber:
a) Deja fuera de su análisis la supuesta (casi segura) apropiación de hijos de desaparecidos de la dueña del grupo Herrera de Noble. Esta probado la irregularidad de la adopción, hecho que solo pudo ser realizado con las excelentes relaciones que la empresa tenía con la sangrienta dictadura militar. Los esfuerzos denodados para obstaculizar la investigación y el esclarecimiento de la identidad de los hijos adoptivos es casi una prueba de la necesidad del ocultamiento de la verdad.
b) Pino no aporta ninguna critica concreta a la investigación, solo se limita a repetir los argumentos del monopolio que marca la agenda de Magnetto/Herrera de Noble y la prensa corporativa. Mantuvo un silencio vergonzante durante las diferentes denuncias que el periódico Tiempo Argentino publicó, no solicito ni un pedido de informes en la legislatura (derecho que le asiste como legislador), y ni siquiera se expidió por alguna vía orgánica de su partido Proyecto Sur.
c) No criticó el aprovechamiento (de parte del grupo Clarín/La Nación) de la posición dominante para ampliar su concentración en el mercado. Esto solo pudo ser posible por la complicidad del grupo con el gobierno militar, esto esta probado en el informe que el gobierno giró a la justicia y que Pino ni siquiera estima en su análisis.
d) El diario Clarín y La Nación mantuvieron un silencio cómplice durante todo el gobierno militar, no sufrieron persecución alguna y realizaron negocios de conjunto. Esto expone históricamente a ambos diarios como participes necesarios del genocidio en la argentina y latinoamérica. La "sensación de seguridad" que los argentinos vivieron durante esos años ocultaron que hubo un promedio de 7 personas desaparecidas/muertas por día durante los años que duró la dictadura militar, si a esto le sumamos los asesinatos por delitos comunes, esta muy por encima de los 6 que hoy reconocen los organismos internacionales en el año 2009. Esto solo fue posible construir en el imaginario de muchos argentinos gracias al rol de ocultamiento que cumplió la prensa. La "libertad ambulatoria" a que se refería nuestra presidenta no es un invento, ni análisis obsceno, era real y los dueños del poder disponían de la vida de todos los argentinos. A este "INDEC de la inseguridad" seguramente no se lo podrá adjudicar a Moreno.
e) Que constituido como monopolio del papel (de los medios de comunicación, más los agronegocios), no solo tiene un rol dominante en el mercado, sino que este hecho significa un peligro real para la democracia porque manipula, regula y cercena la libertad de expresión.
Por lo expuesto hablar de “uso obsceno” de los DDHH” es incorrecto, lo que sí es obsceno, es “olvidar” la cadena de sucesos históricos, subestimar a los ciudadanos y manipular el análisis para defender la agenda de los monopolios y corporaciones.
Lo que oculta Pino y sus seguidores es el verdadero enfrentamiento, que falsamente cataloga como "gobierno-Grupo Clarín" y es la confrontación de dos modelos de país: Por un lado la concentración monopólica, las corporaciones, el neoliberalismo y por el otro la distribución de la riqueza, sumado la profundización de los derechos como camino al objetivo estratégico que es la justicia social para todos los argentinos.
Jorge P. Colmán
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