Terminar con el trabajo Infantil es una tarea militante, difundir por todos los medios una necesidad para hacer visible lo que los grandes medios y algunos sindicatos quieren ocultar. Va nuestro humilde aporte comunicacional para contribuir a la justicia social. 500.000 personas en nuestro país sufren de condiciones de esclavitud o semiesclavitud, no los olvidemos.
Grupo Jauretche
2 comentarios:
Terminar con el trabajo infantil es una responsabilidad de los estados. Y los gobiernos deberían tomarlo en serio. Pero cómo imaginar que un gobierno puede parar el trabajo infantil si ni siquiera puede bajar la mortalidad infantil. Hablar de explotación infantil, así, a secas es invisibilizar la explotación del hombre por el hombre, o mejor dicho, por un sistema creado por el hombre, llamado “capitalismo”. Como puede un gobierno que asume la defensa de un sistema que al decir de Galeano “...no da de comer tampoco da de amar, a muchos condena al hambre de pan y a muchos más al hambre de abrazos”. Nuestro gobierno abdico las banderas del socialismo nacional y ahora enarbola las del “capitalismo serio”. Insisto el trabajo infantil, en condiciones de explotación es una aberración, pero no podemos espantarnos del trabajo de niños y no ver la precarización, el trabajo en negro o cualquier forma de explotación, cuando es el mismo estado el que hace La vista gorda o tiene el mayor porentaje de trabajadores precarizados. Esta explotación de los adultos es uma de lãs causas Del trabajo infantil, quizás La definitoria. Hay algo que no coincide entre el discurso “nacional y popular” y la realidad. en definitiva es el capitalismo en serio el que manda la no intervención del Estado (seguridad jurídica) para poder sostener sus obsenas tasas de ganancias.
Me parece que a tu análisis le falta algunos datos que parece no queres o no podes ver. La asignación Universal por Hijo que reciben millones de niños, los millones de puestos de trabajo creados, la jubilación de otros millones de abuelos, solo por mencionar algunos hechos (no discursos. En lo demás podemos coincidir, pero negar la realidad es tapar el sol con la mano.
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