Leyendo las crónicas sobre el intento de asesinato de la Senadora Demócrata Gabrielle Giffords (una niña y un juez murieron en el hecho) me viene a la mente hechos que parecen repetirse en la historia y los medios de comunicación que son (de)formadores de opinión.
La muerte de John Fitzgerald Kennedy fue presentado como el asesinato de un loco francotirador, que solitario y por su iniciativa, asesinó al presidente del imperio más importante del mundo occidental. Después de muerto el asesino de Kennedy vinieron las dudas de quien o quienes fueron los verdaderos verdugos, los que permitieron al que apretó el gatillo hacer el magnicidio.
Este parece ser el caso de Jared Lee Laughner, un muchacho “afectado por un problema mental”, que en Tucson (Arizona) asesino dos personas e hirió, al menos a 18 (Ver nota), solito y hasta por ahí con algún cómplice que el Sheriff Dupnik esta investigando. La CIA por su parte encontró en su casa una caja fuerte con supuestos elementos que indicarían que Jared es el que planeó su “asesinato”. ¿Serán coincidencias históricas?
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