Para Joaquín Morales Solá en esta campaña hay grandes injusticias. Una de ellas tiene que ver con la ley y refiriéndose al tema dice que no es justo que existan límites para "invertir" en una campaña electoral (el "periodista" no cita ningún antecedente o ejemplo de país donde semejante engendro se hace posible, tampoco fundamenta tal cuestión). ¿No sería limitar la democracia el que no existan topes monetarios a las campañas? ¿Cuál es el tipo de democracia que propone Joaquín, aquella que en su constitución decía que se debía tener determinada fortuna? ¿Solo los ricos pueden participar en política para él? En otro párrafo critica ferozmente la participación de representantes de desocupados y obreros tratándolos prácticamente de salvajes.
Sin ponerse colorado se pone del lado del "rico hombre" Francisco De Narváez por su valentía de enfrentar al "aparato del estado" con "su fortuna" y cuando dudan del origen de la misma (su presunta vinculación con el narcotráfico) habla de persecución y en ese lugar pone al gobierno.
En un editorial del mismo diario hace apenas unas horas denunciaban que el empresario había gastado en giagantografías que están sobre las rutas 4.400.000$, medio millon en un spot de un partido de futbol y solo dios sabe cuanto en los spots previos al lanzamiento de campaña. El límite para la ley es de 15 millones. Joaquín pensa un poquito lo que decís, no pierdas el equilibrio de supuesto hombre serio que te generaste. A, la pregunta sobre si las campañas van a ser cosas de los ricos, tiene un toque de fino humor.
Aquí van los democráticos comentarios del supuesto periodista: "...De Narváez es un hombre rico, pero no es justo que ninguna ley limite el uso de los recursos en las campañas electorales. La contienda se torna entonces demasiado desigual. Pruebas al canto: sólo De Narváez estuvo en condiciones, aunque con su propia plata, de enfrentar el inmenso aparato estatal de los Kirchner. ¿La política será en adelante sólo una pasión de ricos?
Tres jueces persiguen a De Narváez porque el teléfono de un lejano empleado suyo registró dos llamadas, hace tres años, a un investigado en el caso de la efedrina. De Narváez les dio el nombre de su empleado, pero los jueces hacen cola para citarlo a él. Nadie investigó nada, en cambio, sobre un hecho mucho más grave: un muerto a balazos entre traficantes de efedrina aportó dinero a la campaña de Cristina Kirchner..." http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1126341
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