Los ocho miembros de la supuesta misión diplomática británica detinidos por las milicias opositoras en Benghazi eran en realidad siete oficiales del Servicio Especial Aéreo (SAS), las fuerzas especiales del Ejército británico, y un agente secreto del MI6 que portaban armas, mapas y explosivos, según ha revelado el diario británico 'The Daily Telegraph'.
Los ocho militares llegaron a Libia el viernes de madrugada en helicóptero del que desembarcaron en pleno campo abierto, a las afueras de Benghazi, centro neurálgico de la rebelión contra el líder libio, Muamar Gadafi. Su misión era escoltar a los diplomáticos británicos que pretendían contactar con los dirigentes de la insurgencia.
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