martes, enero 27, 2015

En Malvinas Argentinas Cariglino pretende doblegar la dignidad de los vecinos

Por Jorge P. Colmán. En Malvinas Argentinas Jesús Cariglino pretende doblegar la dignidad de los vecinos hasta límites pocas veces visto.

Enormes y faraónicos edificios vidriados, son los hospitales en Malvinas Argentinas, un enorme cascaron marketinero que no soluciona responsablemente los problemas de salud de los vecinos y vecinas.

Luego de la muerte inexplicable de Luciano, que apenas logro sobrevivir dos días, por intentar un parto ¿mas económico? y no realizar la cesárea que esta prescrita, se han desatado muchas casos y críticas por mala praxis (Le quebraron tres costillas que terminaron por perforar sus órganos). Lentamente, pero en crecimiento, los vecinos van perdiendo el miedo a decir y denunciar hechos que denigran la condición humana.

Las críticas apuntan a que la salud en Malvinas Argentinas depende de los ingresos económicos, la protección social y el poder que detente el paciente. Esto nos deja ante una declarada atención de primera, segunda y hasta tercer categoría.

Denuncian salas con tratamiento VIP (Very important people) para aquellos con poder económico o político, una ciudadanía de primera en la lógica neoliberal (donde la salud es un negocio y no un derecho). Las denuncias sobre duplicación y triplicación de prestaciones cobradas a las obras sociales, forman parte de las sospechas del saqueo a las cajas de las obras sociales y que muy buen negocio significa a las arcas municipales.

Los pobres entran en un renglón de tercera categoría, donde la calidad del servicio roza de las peores del conurbano bonaerense. Allí no abundan profesionales y los practicantes tienen un campo propicio para el aprendizaje, pero también para el error, ante la escaces de los primeros. Partos que tienen diganóstico de riesgo, son subestimados o por falta de anestesistas o ahorro económico. Otro tanto ocurre con los insumos médicos, la limpieza, etc.

El caso de Silvana Quiróz (Ver nota) que denuncia que fue dada de baja en las misma "Maternidad Maria Eva Duarte" por estar embarazada y que, siendo atendida en el mismo hospital pierde a su bebé a  pesar de que había un diagnóstico que planteaba una necesaria cesárea. La joven madre de otros cuatro hijos quiere quitarse la vida, no soporta mas el dolor de haber perdido a su hija y no tener empleo por una humillante injusticia.

Todo esto desarrollado en una maternidad que se llama "Maria Eva Duarte", una mujer que entregó todo por los derechos de los trabajadores, una mujer que no soportaba la injusticia contra los más pobres.

Que diría Evita ante semejante atropello hacia el género femenino: "Ha llegado la hora de la mujer argentina, integramente mujer en el goce paralelo de deberes y derechos comunes a todo ser humano que trabaja, y ha muerto la hora de la mujer compañera ocasional y colaboradora ínfima", la cara de las mujeres en las reuniones donde denuncian las injusticias son seguidoras de esta Evita, aquella que llama a no bajar los brazos.

Dijo Ramón Carrillo, ministro de Salud del General Juan Domingo Perón, sobre la desigualdad de trato ante el derecho a la salud: “Ningún habitante de la Nación puede estar desamparado por el solo hecho de carecer de recursos. El dolor y la enfermedad son niveladores sociales; por eso no existirá verdadera justicia social si el pobre no dispone de idénticas posibilidades de curase que el rico, si no cuenta con los mismos elementos e igual asistencia médica que éste.”.

Interesante sería, que algunos que se dicen peronistas, se pusieran en la carne de los que sufren por este injusto sistema de salud.

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