jueves, septiembre 08, 2022

La guerra y los negocios, donde la información es víctima y arma de batalla


APCS por Jorge Colmán. La guerra y los negocios, donde la información es víctima y arma de batalla

Las corporaciones económicas del «mundo occidental» han impuesto la censura internacional y la información de lo que ocurre en el Dombass (Territorios de la RD Lugansk y RD Donestk que se independizaron de Ucrania luego del golpe de estado de 2014) es arma para demonizar a los enemigos de EEUU y la OTAN.

La censura internacional abarca medios de comunicación y redes sociales, se prohibieron los portales de Rusia Today (RT) y los periodistas rusos, todo acompañado de una rusofobia vergonzante en estados donde dicen existen «libertades democráticas» y un bloqueo económico que parece suicida (Ver nota). Europa empujada a la guerra por los EEUU contra la alianza de Donestk, Lugansk y Rusia, envían una inmensa cantidad de armas para lograr debilitar a Rusia.

Pero lo que en los 90 era la hegemonía de EEUU, esta puesta en duda desde Afganistán y la OTAN no logra repeler la liberación de los territorios de Lugansk y Donestk encabezada por la Federación Rusa. El último mes no ha logrado ninguna ofensiva, Ucrania ha perdido gran parte de su ejército y las armas occidentales a veces no llegan ni siquiera al frente de batalla, porque el ataque quirúrgico de los misiles los esta destruyendo.

Mientras tanto el Presidente Ucraniano Volodymyr Selensky sigue pidiendo armas y hace retorica disfrazado de militar. La puesta en escena televisiva es su especialidad, los micrófonos de las corporaciones lo proponen como un héroe, pero la realidad es que en Ucrania se impone un régimen autoritario donde aquel que denuncie los crímenes de guerra es perseguido y silenciado. Para eso están las fuerzas irregulares nazis que asolaron Lugansk y Donestk, que luego fueron institucionalizados como «milicia nacionalista». Los atropellos contra los ucranianos rusóparlantes fueron brutales, humillados públicamente, martirizados y encarcelados, la prensa occidental hizo silencio cómplice sobre la cuestión.

Dando por pedida la guerra ya no se proponen ofensivas militares mas que para la propaganda en los medios. Como manotazo de ahogado se producen ataques con las armas manejadas por oficiales de los EEUU (Los ucranianos no conocen y no tuvieron tiempo para utilizarlos) lanzando misiles a la Central nuclear de Zaporiyia y fábricas que podrían generar un desastre ambiental.

La Central nuclear de Zaporiyia no es cualquier usina, es la mas grande de Europa y las Fuerzas Armadas de Ucrania han estado bombardeando la planta nuclear desde el 7 de agosto. El 11 de agosto uno de los proyectiles lanzado desde territorio ocupado por Ucrania cayó a 10 metros del sitio de almacenamiento de desechos nucleares, un nuevo Chernóbil hubiera sido posible si hubiera impactado en la planta. Todo esto sin importar que, si deja de funcionar la Central, dejará sin suministro eléctrico a gran parte de Ucrania. Importa mas la propaganda de guerra que un desastre ambiental o que llegado el invierno no tengan suministro eléctrico.

El 11 de agosto, las tropas ucranianas bombardearon también las instalaciones de la fábrica de cerveza en Donetsk, lo que causó una fuga de amoníaco. El desastre ambiental puede alcanzar hasta dos kilómetros del lugar. Las autoridades locales contuvieron el escape salvando de esta manera a los vecinos de la fábrica. ¿Una fábrica de cerveza era el objetivo militar o provocar un desastre ambiental?

Mientras tanto una denuncia de Amnesty Internacional sacudió de ira a Selensky. Una investigación del organismo denuncia como el ejército ucraniano utiliza como carne de cañón a los civiles, utilizando incluso escuelas y hospitales. “Las fuerzas ucranianas ponen a la población civil en situaciones de riesgo al establecer bases y operar sistemas de armas en zonas habitadas por civiles, incluso en escuelas y hospitales, para repeler la invasión rusa que comenzó en febrero”, ha destacado Amnistía Internacional en un comunicado (Ver Documento).

El organismo de DDHH destaca que “Estar en una posición defensiva no exime a las fuerzas armadas ucranianas de respetar el derecho internacional humanitario”, lo que fue respondido por el gobierno Ucraniano con que la organización «iguala al agredido con el agresor», olvidando claro que luego del golpe de estado los agredidos fueron los habitantes de Lugansk y Donesk. El relato choca inmediatamente con completar la historia y la defensa de las acciones militares no es un vale todo.

Amnesty destaca que «El derecho internacional humanitario exige que todas las partes en un conflicto eviten, en toda la medida de lo posible, emplazar objetivos militares dentro de zonas densamente pobladas o en sus proximidades. La obligación de proteger a la población civil de los efectos de los ataques incluye también retirar a ésta de la vecindad de objetivos militares y avisar de forma efectiva de cualquier ataque que podría afectarla» afirman.

Que las fuerzas de la Alianza han cometido delitos de guerra lo damos como casi cierto, la guerra es sobre todo uno de los escalones del infierno, no un ejercicio de humanidad. Pero que Ucrania comete delitos de guerra tampoco esta en duda, los medios corporativos nos venden un pescado que con solo comenzar a investigar huele a podrido.

Los cañones y misiles de la OTAN no logran su objetivo militar, pero lo seguro es que la cañonera mediática sigue victoriosa, aunque esta guerra se pierda en el campo de batalla, Hollywood se encargará como en Vietnam, ha hacernos creer que ganaron los EEUU.

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