APCS por Jorge Colmán. Apostillas de lo que se dice en la calle y los medios
Los asesores de Javier Milei han hablado de un ajuste brutal en caso de que el líder de La Libertad Avanza llegue a la presidencia de Argentina. Este ajuste incluiría una reducción de la inversión pública, una reforma laboral que destruya el mercado de trabajo, y una apertura comercial que permita la entrada libre de productos extranjeros generando un industricidio similar a los gobiernos de la dictadura y el gobierno de Carlos Saúl Menem.
En el sector de la construcción, el ajuste podría significar la pérdida de empleo de un cuarto de millón de trabajadores. Esto se debe a que la inversión pública en infraestructura es una de las principales fuentes de empleo en este sector (la mitad del total). Una reducción de la inversión pública en infraestructura significaría una reducción de la demanda de mano de obra en el sector y un achicamiento del mercado interno.
En el sector público, el ajuste podría significar la pérdida de empleo de un número superior a un millón de trabajadores. Esto se debe a que el Estado argentino es uno de los principales empleadores del país. Una reforma laboral que flexibilice el mercado de trabajo podría facilitar los despidos en el sector público.
La desindustrialización es una consecuencia probable de la apertura comercial. La entrada libre de productos extranjeros podría provocar la desaparición de empresas argentinas que no puedan competir con los productos importados. Esto podría generar un aumento del desempleo en el sector industrial.
Los asesores económico de Javier Milei han expresado que «los argentinos tienen que sufrir» para que la economía funcione, que no hay dinero para los «aguinaldos» (derechos laborales), que van a privatizar empresas públicas y que la justicia social es una aberración.
Hay un sector de los trabajadores y trabajadoras que votó a Javier Milei, incluso sabiendo que sus políticas podrían tener un impacto negativo en el empleo y los derechos laborales. Este sector de trabajadores se encuentra en una situación de desesperación y frustración. Han visto cómo la economía argentina ha empeorado en los últimos años, y sienten que no tienen otra opción que votar por alguien que promete un cambio radical.
Es importante entender que el voto de este sector de trabajadores no es un voto a favor de las políticas neoliberales. Es un voto de protesta contra la situación actual del país. Estos trabajadores están desesperados por encontrar una solución a sus problemas, y están dispuestos a arriesgarse a sostener a alguien que promete un cambio radical, incluso si ese cambio podría tener consecuencias negativas para ellos.
Mientras se acerca el 10 de diciembre, una furiosa lucha entre libertarios de Milei y el PRO de Macri, por el control de las cajas del Estado. Esta lucha se ha intensificado desde que Milei llegó a la presidencia.
Los libertarios quieren controlar las cajas del Estado para implementar sus políticas. Quieren reducir la inversión pública, privatizar empresas públicas, y bajar los impuestos. El PRO quiere controlar las cajas del Estado para mantener su poder y sus privilegios. Quieren mantener el gasto público, mantener las empresas públicas para sus socios, y mantener los impuestos altos.
Esta lucha es una lucha por el control del Estado argentino entre los fundamentalistas neoliberales y los partidarios de utilizar más deuda para sostener la gobernabilidad. Es una lucha entre dos versiones de la derecha argentina, una fundamentalista y otra más acomodada a los intereses financieros internacionales, ambas coinciden en el libre ingreso de capitales extranjeros.
Es posible que lo peor aún no haya llegado. Las políticas que ha prometido implementar Milei, si se implementan, podrían tener un impacto negativo significativo en la sociedad argentina. La privatización de la educación y la salud podría llevar a un aumento de la desigualdad y la pobreza. La entrega de las cajas previsionales a los capitales buitre podría provocar una crisis financiera.
La estigmatización de los trabajadores y los opositores políticos (Orcos, Kirchneristas, Peronistas) podría conducir a una represión política. Patricia Bullrich suena como Ministra de Seguridad, todos sabemos lo que hizo durante el gobierno de Macri.
La pobreza que hoy supera el 40%, se va a disparar con estas medidas al 60% un porcentaje similar a la explosión social del 2001.
¿Es la preparación de una crisis social para la dolarizacion? ¿Piensan jugar con acorralar a todo un pueblo a un nivel mayor de violencia para saquear y formatear la sociedad? ¿Todo solamente para instalar un régimen de tiranía de los financistas y empresarios?.
En unos días sabremos cual va a ser el nivel de sufrimiento que deberá soportar nuestro pueblo y cómo van a responder las organizaciones gremiales, sociales y políticas a semejante engendro, todos vivieron la década neoliberal y como termina el experimento.