En primer lugar, creo que es importante hacer una pequeña referencia de los tiempos complejos que nos tocó atravesar donde se pusieron en juego y conflictuaron todos los espacios políticos que integramos desde el 2007 a la fecha. Conflictos que no fueron simples de resolver y que no crearon líneas divisorias claras en el activo político ni en la sociedad en la mayoría de los casos.
Durante todo este período me tocó asumir públicamente la línea de la organización y espero haberlo hecho de la mejor manera posible a pesar de las dudas, diferencias y matices que atravesé fundamentalmente el último año. Nunca hice públicos esos matices porque consideré que debía ser muy cuidadosa con mis palabras y expresiones por el lugar en que me toca estar. Comuniqué a la dirección nacional mi visión y mi dificultad hace ya varios meses.
No es fácil establecer exactamente las diferencias porque fueron consecuencia de las dudas e interrogantes de un proceso complejo.
Si bien compartí los lineamientos generales de la organización de apartarnos del gobierno mis diferencias se derivaron fundamentalmente de nuestra forma de hacer oposición. Consideré que el kirchnerismo nos disputaba decididamente nuestro perfil y que muchas de sus iniciativas entusiasmaban a nuestro espacio político más allá del activismo.
También tuve muchas dudas respecto de las imposibilidades del kirchnerismo de recuperar sus vínculos con una parte de la sociedad y con que hiciéramos durante tanto tiempo hincapié en la debilidad política de Cristina Fernández y su incapacidad de ponerse frente al PJ y encolumnarlo tras su reelección representando, a pesar de eso, a una parte del espacio progresismo nacional y popular.
La muerte de Néstor Kirchner y el reacomodo del kirchnerismo en sectores afines a nuestra identidad y fundamentalmente la adhesión que logró en sectores populares, también impactaron en mí de una manera diferente. Me costó mucho leer ese momento de la misma forma en que lo interpretó el resto de la dirección.
Seguramente, por el lugar que me tocó ocupar, por los ejes que desarrollé desde la diputación y por el vínculo con una militancia cada vez más crítica del espacio de centroizquierda del que formamos parte, sentí muy fuertes las contradicciones que se plasmaron en muchas decisiones.
Como teníamos diferentes visiones respecto de algunos debates no me sentí apoyada en nuestra dirección a la hora de plantearlos tanto al interior del interbloque como en la posibilidad de defenderlos públicamente a pesar de que habían sido consensuados en nuestra dirección. Los ejemplos más concretos fueron el proyecto de papel prensa y una discusión con Pino frente a los presidentes de bloques en la cámara de diputados respecto de matrimonio igualitario. Estos dos momentos pierden valor a lo largo del tiempo pero en mi caso fueron importantes en la pérdida de confianza. La dirección tenía más preocupación por cuidar la figura y el vínculo con Pino que por algunas leyes e ideas por las que peleábamos. Cuestión absolutamente lógica teniendo en cuenta las diferencias incluso respecto de las potencialidades electorales y políticas de Pino.
Otra diferencia fue que nunca me identifiqué plenamente con el espacio de proyecto Sur. Durante los últimos meses, la decisión de Pino de no ir como candidato a presidente después de más de años de campaña que realizamos en todo el país, su decisión de ir por la capital, la forma en que lo hizo, la posterior decisión de armar fórmula nacional propia, demuestra que lo que pensaba de la falta de interés de ese sector de ganar y disputar verdaderos espacios de poder, era real.
Más allá de muchos claroscuros considero interesante la opción del FAP, pero a esta altura no hay condiciones para que yo desde Libres del Sur sea representante de este espacio político.
Tengo dificultades para defender con energía y decisión esta propuesta aunque, como no tengo una superadora, y en este tiempo haya transitado con más dudas que certezas, mi respuesta haya sido estar en silencio.
Todo este proceso generó distancias, desconfianza política y problemas de comunicación que han producido un desgaste importante en mis vínculos internos con las direcciones.
La decisión de mantenerme al margen es la mejor manera que encontré para no afectar los intereses de una organización a la que pertenezco hace 23 años y a la que he aportado lo mejor que tengo. También fue la manera que encontré para no conflictuar inútilmente a nadie y preservarme como persona y militante.
Ahora necesito comunicarme con mis compañeros y compañeras cuando surge el interrogante, no con el objetivo de convencer sino de explicitar mi situación.
Siento una profunda tranquilidad de haber actuado siempre con honestidad, con compromiso, con convicción y con alegría todos estos largos años de mi vida en los que, además, estreché los mejores lazos de compañerismo, amistad y amor que alguien puede lograr.
También siento la felicidad de decir que en estos años difíciles todo lo que hice estuvo del lado de los intereses populares a los que intenté representar de la mejor manera posible logrando leyes importantísimas de las que me siento orgullosa de haber sido protagonista.
Siempre agregué lo que soy y lo que hago, puse lo mejor que tenía a esta querida organización y todo lo que he construido políticamente está en ella por eso no puedo quedarme en estas aguas estancadas porque sé muy bien que las aguas estancadas se pudren y no deseo que eso ocurra ni por la organización ni por mi.
Quiero tener un vínculo sano y recomenzar de nuevo para poder seguir dando las peleas, para volver a discutir abiertamente, para poder seguir peleando por una patria libre, justa y soberana, para poder seguir la militancia sin relaciones enviciadas y encontrar nuevamente el mejor lugar desde donde aportar.
Por estos motivos es que tomo la resolución personal de apartarme de Libres del Sur.
Hasta diciembre seguiré trabajando para lograr que algunas leyes que nos hemos propuesto lleguen a fin de año con posibilidades: la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, la despenalización del consumo y tenencia de drogas y discutiré con Libres del sur y sectores aliados las demás leyes que se presenten.
Seguramente después de octubre o el año próximo pueda profundizar debates con todo respeto y con toda libertad para sintetizar una experiencia tan rica y compleja como la de los últimos años. Este para mí es un tiempo de cierre y para el resto de la fuerza un tiempo de campaña electoral por eso creo que no es el momento de grande documentos de debate ni estoy en condiciones de hacerlos pero quedo a disposición de todos los compañeros y todas las compañeras que quieran hablar conmigo.
Creo en la militancia que se hace con alegría, con creatividad, con libertad y decisión y creo que los espacios de representación son muy importantes cuando se hacen en esas condiciones. Es lo que hemos hecho colectivamente desde la diputación en este tiempo.
A los 16 años comencé a militar con el sueño de revolucionar la realidad. Hoy tengo ese sueño intacto más allá de los errores, más allá de los problemas, más allá de las posibilidades personales, más allá de cuál sea el devenir histórico.
Un abrazo enorme
La Checha
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